Tratamiento de la indecisión: hoy decido yo
·
Orientación hacia el problema: consiste en relacionar con un
problema determinado. Por ejemplo, “¿me compro un coche?”. Una vez que lo
hayamos relacionado deberíamos preguntarnos si el problema es resoluble por
nosotros y si merece la pena invertir esfuerzo y tiempo en hacerlo. Si la
respuesta es positiva continuamos con la siguiente fase.
·
Definición del problema: consiste en entender bien el problema
respondiendo a los interrogantes acerca de qué se trata exactamente, cuándo
apareció… Siguiendo con el ejemplo anterior, decirte a ti mismo que te tienes
que comprar un coche o no, no vale para nada. El problema realmente no es ese,
la forma correcta de reformularlo debería ser: “necesito comprarme un coche
desde hace unos meses y no acabo de decidirme por si luego me arrepiento debido
al gasto económico que supone… o por si le molesta a mi pareja o… por si no es
tan necesario, etcétera”.
· Búsqueda de alternativas: la vida no se puede reducir a dos
alternativas, por eso piensa en qué más posibilidades tienes. En esta fase no
debe importarte que algunas de ellas te resulten absurdas, ya habrá tiempo para
valorarlas. Por ejemplo, al problema de la duda sobre comprarte o no un coche
puedes proponerte alternativas como esperar a tenerlo más claro, darte un plazo
e ir revisando opciones de compra, comprarlo ya, no comprarlo, alquilar uno
hasta que lo tengas más claro, comprar pero uno económico, etcétera. Como
puedes ver en esta fase es más importante la cantidad de alternativas que la
calidad de las mismas. Cuántas más mejor.
·
Elección de la alternativa: debes seleccionar la alternativa que más
beneficios te suponga a largo plazo. Por ello, busca la alternativa o
combinación de opciones que más te beneficie. Por ejemplo puedes decidir no
abandonar la idea de comprar el coche pero ir barajando diferentes opciones
junto a tu pareja.
·
Idea un plan de acción: imagínate poniendo en marcha la alternativa
seleccionada. Si realmente te ves capaz de hacerlo, adelante, si no, selecciona
otra más adecuada para tu forma de ser/actuar. Hay algunas alternativas
ideales, pero que a veces no nos sentimos capaces de hacer. Por ejemplo si
necesitas ya el coche es posible que tengas que tomar la decisión lo antes
posible y no puedas consultar más posibilidades. Lo importante es que ajustes
tu plan de acción a tu forma de ser.
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